África
Togo
-
Clasificación 2024
113/ 180
Puntuación: 50,89
Indicador político
105
44.38
Indicador económico
100
42.27
Indicador legislativo
119
51.20
Indicador social
96
59.82
Indicador de seguridad
116
56.76
Clasificación 2023
70/ 180
Puntuación: 63,06
Indicador político
95
54.50
Indicador económico
89
46.86
Indicador legislativo
96
60.19
Indicador social
74
69.32
Indicador de seguridad
44
84.45

A pesar de un panorama mediático profuso, los medios estatales tienen dificultades para proveer una información de interés público en Togo. La situación de la libertad de prensa sigue dependiendo del contexto político del país.

Panorama mediático

Con cerca de 234 publicaciones, 94 emisoras de radio y unos diez canales de televisión, Togo tiene un panorama mediático abundante. El diario privado Liberté es uno de los más leídos, pero también son muy conocidos los quincenales L'Alternative L'Union pour la Patrie. La cadena de televisión de mayor audiencia sigue siendo Télévision Togolaise (TVT), el único canal de televisión estatal. A pesar de este panorama mediático profuso y de la aparición de nuevos digitales, los medios plenamente independientes son escasos. El diario Liberté fue suspendido en 2023 durante un mes, mientras que el diario independiente de investigación L'Alternative ha sido obligado a cesar sus actividades temporalmente y permanece en el punto de mira de las autoridades.

Contexto político

La situación de la libertad de prensa en Togo depende del contexto político del país. Durante el periodo electoral, la autocensura es la norma para los periodistas, que sufren presiones tanto del Gobierno como de la oposición. El Estado y los actores políticos ejercen una gran influencia en el tratamiento de la información: el poder político nombra y puede despedir a todos los responsables de los medios estatales, así como al presidente del organismo regulador de los medios. Las autoridades atacan a los periodistas y a los medios críticos mediante denuncias, suspensiones de actividad y ciberespionaje.

Marco legal

En Togo, la libertad de prensa está reconocida y garantizada por el Estado. El Código de la Prensa ya no prevé penas privativas de libertad desde 2004, aunque se incumple regularmente, especialmente cuando los artículos se refieren a políticos de alto nivel.  La ley aprobada en 2020 garantiza la independencia del periodismo y el acceso a la información, a condición de respetar el “secreto de defensa” para información clasificada. El acceso a la información sigue siendo difícil para los periodistas, en especial para los de la prensa privada y crítica con las autoridades, sobre todo cuando se trata de informaciones que afectan al Estado.

Contexto económico

Los medios se enfrentan a grandes dificultades económicas en Togo, que fomentan la corrupción e impiden que los medios de comunicación funcionen con libertad e independencia. Si bien resulta fácil crear un medio digital o un periódico, resulta mucho más complicado poner en marcha una emisora de radio o televisión. El Observatorio Togolés de los Medios, autoridad de carácter ético equivalente al primer nivel de regulación, no dispone de recursos financieros suficientes para ser realmente eficaz. 

Contexto sociocultural

Si bien los periodistas pueden tratar la mayoría de temas de la sociedad sin temor a represalias, prefieren evitar cuestiones tabú como la corrupción, las relativas al ejército, así como al presidente de la república y su familia.

Seguridad

La seguridad de los periodistas sigue siendo un problema preocupante en Togo, especialmente para los reporteros de investigación que denuncian la corrupción o los asuntos de Estado. Pueden ser objeto de graves represalias, como atestigua la orden de detención internacional emitida en marzo de 2023 contra dos periodistas condenados en rebeldía en Togo por "desacato a la autoridad". Los periodistas reciben presiones regularmente o prebendas, si adoptan una postura afín al régimen. Cuando se resisten, son objeto de una vigilancia estrecha, que puede llegar, en ocasiones, al espionaje de sus teléfonos móviles, por ejemplo con el software espía Pegasus. Por último, las amenazas de cierre o de suspensión a los medios mantienen en vilo a los periodistas.